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Literatura a granel de mi propia inspiración, dedicados a los que con musas inconclusas, tienen la valía de publicar las ideas que deambulan su mentalidad sideral.

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Arco[i]riografía

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(Verso 1)
En un pueblo pequeño, vivía un niño triste,
Con ojos que lloraban y una sonrisa que nunca existía.
Caminaba solo por las calles, sin amigos ni familia,
Su corazón lleno de pena, su alma vacía.

(Coro)
El niño más triste, el niño sin nombre,
Vagando por la vida, sin encontrar su dome.
Lloraba en silencio, sin nadie que lo escuchara,
Su tristeza era profunda, su dolor lo desgarraba.

(Verso 2)
Un día, mientras caminaba, encontró una flor marchita,
Y al verla se sintió identificado, su alma marchita.
La tomó en sus manos, con cuidado y con cariño,
Y le susurró palabras de amor, como un hechizo.

(Coro)
El niño más triste, el niño sin nombre,
Vagando por la vida, sin encontrar su dome.
Lloraba en silencio, sin nadie que lo escuchara,
Su tristeza era profunda, su dolor lo desgarraba.

(Verso 3)
De repente, la flor comenzó a brillar,
Y una voz suave se escuchó en el aire a sonar.
«No estés triste, pequeño», le dijo la voz,
«En tu corazón hay amor, solo debes darte una oportunidad.»

(Coro)
El niño más triste, el niño sin nombre,
Vagando por la vida, sin encontrar su dome.
Lloraba en silencio, sin nadie que lo escuchara,
Su tristeza era profunda, su dolor lo desgarraba.

(Verso 4)
El niño sonrió por primera vez en mucho tiempo,
Y la flor se convirtió en su mejor amiga, su consuelo.
Juntos recorrieron el mundo, llenos de alegría,
Y el niño más triste finalmente encontró su camino, su guía.

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