«Cuando observamos algo, le damos forma.» (Principio de observación)


La afirmación «Cuando observamos algo, le damos forma» es una idea profunda que resuena en los campos de la física, la filosofía y la psicología. En esencia, sugiere que nuestro acto de observación no es un proceso pasivo de registro de la realidad, sino que juega un papel activo en la configuración de lo que percibimos.

Interpretaciones desde la física:

En el ámbito de la física cuántica, este principio se relaciona con el concepto de colapso de la función de onda. Antes de la observación, una partícula cuántica puede existir en un estado de superposición, representado por una función de onda que abarca múltiples posibilidades. Sin embargo, en el momento en que la observamos, la función de onda colapsa, obligando a la partícula a asumir un estado definido. En otras palabras, nuestro acto de observación determina la realidad de la partícula.

Perspectivas filosóficas:

Desde una perspectiva filosófica, la idea se vincula con el realismo constructivo, la noción de que la realidad no es algo preexistente que simplemente descubrimos, sino que se construye parcialmente a través de nuestras interacciones y observaciones. Esta visión desafía la idea de una realidad objetiva singular y reconoce el papel activo que juegan nuestras mentes en la configuración de nuestra experiencia del mundo.

Implicaciones psicológicas:

En el ámbito de la psicología, el principio se relaciona con los sesgos cognitivos y las profecías autocumplidas. Nuestros sesgos cognitivos son filtros mentales que influyen en la forma en que interpretamos y recordamos la información. Las profecías autocumplidas surgen cuando nuestras expectativas dan forma a nuestro comportamiento de manera que confirma esas expectativas, creando un ciclo de retroalimentación.

Ejemplos prácticos:

  • El efecto Hawthorne: En este experimento clásico, los trabajadores en una fábrica fueron observados sin que ellos lo supieran. La producción aumentó, lo que sugiere que el simple hecho de ser observados influyó en el comportamiento de los trabajadores.
  • El poder de la atención plena: La práctica de la atención plena implica prestar atención al momento presente sin juzgar. Al enfocarnos en nuestras observaciones sin sesgos preconcebidos, podemos desarrollar una percepción más precisa de la realidad.
  • El impacto del lenguaje: El lenguaje que usamos para describir el mundo da forma a nuestra comprensión del mismo. Por ejemplo, etiquetar a alguien como «inteligente» o «torpe» puede influir en su desempeño.

En general, la afirmación «Cuando observamos algo, le damos forma» nos invita a considerar la naturaleza dinámica y participativa de nuestra percepción. No somos observadores pasivos de la realidad, sino que somos participantes activos que dan forma a nuestro mundo a través de nuestras observaciones, interpretaciones y acciones.

Esta idea tiene profundas implicaciones para nuestra comprensión de la realidad, la conciencia y nuestro lugar en el universo. Nos anima a ser más conscientes de nuestros propios sesgos y a cultivar una mente abierta y receptiva al observar el mundo que nos rodea.











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